Ha sido publicado el último reporte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), organismo científico dependiente de las Naciones Unidas, que nos llama a actuar con sentido de urgencia frente a un hecho inequívoco: las naciones están demorando la acción necesaria para detener las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), situación que está causando graves daños a nuestro planeta.
La acción humana, principalmente a través de la quema de combustibles fósiles, en la generación de energía es la gran responsable. Necesitamos con urgencia generar energía en forma limpia.
Las consecuencias están a la vista: olas de calor en Estados Unidos y Canadá, inundaciones en Alemania, Bélgica y China, y junio del 2021 como el segundo junio con más altas temperaturas en Europa de la historia. En nuestro país, nos enfrentamos a una larga sequía de 12 años, y este año amenaza con ser el año más seco desde que se tienen registros. Ya comenzamos a hablar de racionamientos de agua, las centrales a carbón en Ventanas han vuelto a operar, luego de un celebrado cierre, las marejadas también han hecho lo suyo limitando las operaciones en los puertos nacionales, cuyos costos llegarían a los US$ 345 millones.
De acuerdo al reporte, esto es solo el comienzo, ya que se anuncia que, de no actuar a tiempo, podemos esperar un significativo salto en clima extremo durante los siguientes 20 a 30 años, cuyas consecuencias serán catastróficas.
Los cambios en el clima a consecuencia de la quema de combustible fósiles, no tienen precedente en la historia, no estamos en presencia de un nuevo ciclo de altas temperaturas, como pretenden hacernos creer los escépticos, la última década es muy probablemente la más calurosa en los últimos 125.000 años.
Se requiere una acción coordinada entre los países para frenar las emisiones de GEI para el 2050, lo que significará en forma urgente un cambio en la forma en que producimos energía, dejando de lado los combustibles fósiles, en favor de las energías renovables y utilizando la energía en forma más eficiente.
Las actuales políticas para frenar el cambio climático requieren ser revaluadas, ya que de tener efecto, nos llevarán a un aumento de la temperatura en 3°C desde la revolución industrial, aun por sobre la meta establecida en el Acuerdo de París de 2°C. Es necesario aumentar la ambición climática.
Por otra parte, los avances científicos nos entregan cada vez mayor claridad y certeza, y dan un sentido de urgencia cada vez mayor. Es hora de actuar en forma decidida y para ello se requerimos de líderes, tanto en el sector público como privado, a la altura de las circunstancias.
Afortunadamente las tecnologías necesarias para solucionar este flagelo existen, generemos los estímulos para que su aplicación ocurra en forma masiva. No nos queda mucho tiempo.
Por Arturo Brandt, master of Law in Environmental Laws, Vermont Law School. Director de ACHIDAM.
Las opiniones vertidas son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan necesariamente el parecer de la Asociación Chilena de Derecho Ambiental